sábado, 10 de junio de 2017

2 minute walk clean

Este blog no es solamente de Yoga. Tal vez fuera su temática principal, pero desde luego no la única. El Yoga engloba una forma de ser, de pensar, de proceder... una filosofía de vida (o por lo menos, así debería ser). El Yoga debe estar basado en unos principios básicos con respecto a la conducta a la propia persona y a la conducta ética con respecto a las relaciones con los demás y con el entorno que nos rodea. Estos son los Yamas y Niyamas. A saber:

Yamas: Ahimsa (no violencia, no hacer daño, respeto a la vida), Asteya (no robar, no pretender ser o aparentar), Satya (no mentir, decir la verdad, mantener la pureza y la sabiduría), Brahmacharya (evitar el desgaste innecesario de energía), Aparigraha (desapego, no acaparar, no quedarse atrapado por las pasiones).

Niyamas: Saucha (pureza en nuestro comportamiento, limpieza del cuerpo), Santosha (sentirse satisfecho, estar en paz contigo mismo, estar contento), Tapas (disciplina, resistencia, crear el fuego o calor que transmuta), Svadhayaya (autoconocimiento, ser consciente de uno mismo, estudio de los textos espirituales), Ishvarapranidhana (amor, respeto y entrega a la sabiduría universal).

Estas "traducciones" vendrían a ser algo tremendamente breve y se podría hablar largo y extenso sobre ello, pero no es lo que he venido a contar en esta entrada. Sólo lo hago a modo de introducción y aclaratorio del porqué de esta entrada, que pretendo que sea una especie de nueva sección o movimiento en el blog.

Pues bien... ante todo y sobre todo siempre he intentado e intento ser una persona fiel a mis principios, respetando personas y entorno, enseñando a mi hijo a ser mejor persona cada día y manteniendo conductas que ayuden a que el planeta Tierra (nuestro hogar) sea un futuro para nuestros hijos y próximas generaciones. ¡Ardúa tarea!, bien es cierto. Muchos me miran raro... pero ya desde bien jovencita me sentí en muchas ocasiones "perro verde" u "oveja negra", crecí con ello, lo acepté y hoy por hoy me siento orgullosa de ello.

Si pretendes realizar un cambio en tu entorno, hay muchas y consabidas frases con las que te puedes encontrar: de algo hay que morirse, eso debería arreglarlo el gobierno, tan malo no puede ser que lo venden, para eso está el reciclaje, tíralo al suelo y no le quites trabajo a los de la limpieza, por un poco de azúcar no pasa nada, etc. (y cualquier frase más que se te ocurra y hayan llegado a tus lindos oídos). De hecho, te invito a poner en comentarios frases lapidarias con las que te hayan "halagado".

El nacimiento de mi hijo me llevó a una especie de revolución con respecto a mi forma de actuar en esta sociedad: crianza (teta, nada de papillas, criarlo en brazos, piel con piel, colecho...), alimentación (comida procesada, azúcar, chucherías), ética y comportamiento hacia uno mismo, hacia los demás y con respecto al entorno. Pero una vez que estás en este camino pueden pasar dos cosas, o bien te hartas de lugar contra molinos o continúas en la brecha porque ante todo y sobre todo lo suyo es actuar con respecto a tus principios y tener la conciencia tranquila sabiendo que lo estás haciendo lo mejor que puedes cada día. Y... aunque a veces no llegas a creértelo, que tal vez en tu entorno y con el ejemplo, esto pueda conllevar algún cambio más y en otras personas.

Todo esto nos llevó, a mi chico y a mí, a reinventarnos a nosotros mismos. A la búsqueda de la forma de ganarse la vida honradamente, con una boca más que alimentar (pequeña, pero que cada vez precisa de más), pero a la vez, que fuera fiel a nuestra filosofía de vida y que fuera nuestra pasión dentro y fuera de la vida profesional. Así nació 4eco Sant Vicent (en aquel momento la octava tienda en España de la primigenia y original 4eco, con productos de limpieza ecosostenibles y a granel).

Esto sólo lo comento porque, una vez dentro del proyecto, comenzamos a ver a nuestro alrededor (clientes, visitas, empresas y más allá), dobles y tercercas morales... y el sentimiento de luchar contra molinos o calamares marinos gigantes fue en aumento (y continúa creciendo). Bien es cierto, que en contrapartida siempre encuentras personas como tú que luchan, contra viento y marea, por hacer de este mundo un lugar mejor.

Con esto creo que ya puedo dar por acabada la parte introductoria de esta entrada y, si has llegado hata aquí, quiero darte las gracias. Ya puedo ir directamente al grano: se me rompe el alma cada vez que llevo al colegio a mi hijo, cada vez que paseo con mi perro, o cada vez que salgo al parque o a la calle y veo las conductas deplorables, irrespetuosas e incívicas. Cuántas personas se escudan en el consabido "reciclaje" y lo dan ya todo por hecho, mientras siguen llenando los bolsillos de las multinacionales que les hacen directamente responsables de los residuos generados. Cuando estos mismos macro gigantes son los que deberían cambiar sus políticas de fabricación y deberían soportar impuestos por utilizar materiales derivados del petroleo (o mejor directamente que los gobiernos prohiban utilizar estos materiales)... entre otras cosas. Sin embargo, esta sociedad en general, es capaz de consumir cualquier cosa por mucho tóxico o derivado del petróleo que lleve (porque es mejor no querer ver y no querer saber), pero sin embargo desconfía enormemente de cualquier producto que se presente como natural, ecológico o ecosostenible... (sobre esto estaba preparando una entrada que no sé cuando verá la luz).

Y así, llegamos a la parte que promueve grandes masas de dinero con unas impresionantes campañas de marketing, a saber... consume por lo menos 2 litros de agua todos los días, el zumo o batido aporta a tu hijo vitaminas y minerales imprescindibles para su crecimiento (muchos de ello "zero" para que tu conciencia esté más tranquila), bebidas energéticas para recuperar el ritmo y la vitalidad en tu día a día, bolsas plásticas de todos los tamaños y colores para que no tengas que preocuparte de llevar tus propias bolsas (que ahora pagas en muchos comercios y que, además de pagarles, les haces publicidad gratuíta... bueno  mejor dicho, les pagas por hacerles publicidad)... ¿y dónde acaban la inmensa mayoría de los envases?. Pensaréis que en la basura o en los contenedores de reciclaje... pero no... la inmensa mayoría acaban abandonados en calles, campos, mares, etc. Greenpeace, con motivo del Día Mundial de los Océanos, hace bien poco, informó que diariamente el equivalente a 200 camiones llenos de plástico acaba en el mar. Si esto ya no es de por sí lo suficientemente preocupante, ahora también sabemos que los microplásticos están acabando con la vida en los oceános y que vuelven diariamente a nuestras mesas... porque aunque lleguen a los oceános, vuelven a nosotros como si de un boomerang se tratase (os invito a ver el programa de La Sexta: La era del plástico).

Tras ver el programa y harta de ver las calles como si fueran un estercolero, uno de estos días paseando con mi perro, me dediqué a hacer fotos a lo que encontraba a mi paso en mi paseo de unos 300 metros de ida y vuelta (en Mutxamel - Alicante)... y esto fue lo que publiqué en redes:


Porque tal vez los servicios de limpieza diariamente se ocupan de limpiar las calles principales de pueblos y ciudades, pero fuera de esas calles... la basura se amontona porque indiscriminadamente preferimos tirarla al suelo, que buscar una papelera o dejarla en nuestro coche, bolso o bolsillo hasta que encontremos un contenedor o similar.

En estos días también conocí el movimiento 2minutebechclean al que os animo a sumaros siempre que podáis. Justamente preparando esta entrada también he conocido la iniciativa promovida por Ecoembes Libera 1m2 por la naturaleza, que se llevará a cabo el próximo 17 de Junio y al que, por su puesto, también os animo a participar.

Personalmente hoy he vuelto a recoger algunos envases... he comenzado por algunos... los llevaba en las manos para tirarlos al contenedor amarillo... pero tras llegar y arrojarlos a su interior, he continuado y los he ido acumulando. A partir de ahora me llevaré una bolsa grande de tela para ir haciéndolo. Esto es lo que he recogido en un momento de paseo.

En el cuadrado pequeño de la esquina inferior derecha, podéis ver los primeros envases recogidos  

He llegado a casa indignada (como siempre) pero decidida a continuar con mi recogida. Y por ello he pensado que está muy bien irse a la playa y recoger plásticos o dedicar un día a la recogida de basura, pero yo quiero ver mi entorno limpio en mis paseos, y si eso conlleva recoger y dar ejemplo, pues lo haré ... así que he pensado en un "2 minutos paseo limpio" o "2 minutos a pie limpio" que sería la traducción literal de 2 minute walk clean que me propongo mantener y al que os invito a uniros.

Aunando mi publicación en facebook del día de ayer 9 de Junio...


...con la foto de lo recogido hoy en mi paseo... he confeccionado este "cartel":

Mi reto, mi invitación: utilizar 2 minutos de paseo de vuestro día a día (¿qué son 2 minutos en comparación con los 1440 minutos del día?) a limpiar vuestro entorno y a compartirlo con el hastag #2minutewalkclean


viernes, 26 de mayo de 2017

Con sólo una esterilla

El otro día compartí desde la página de facebook un completísimo artículo de Insayoga sobre las 8 mejores esterillas de yoga del mercado (si, a pesar de que casi había desaparecido de blogger, aún compartía y sigo compartiendo alguna cosilla por facebook, y menos mal que nos quedan las RRSS). No suelo tener muchos comentarios en mis entradas, aunque alguna vez, alguien comenta, comparte o cita a otra persona con la intención de que la requerida pueda leer el artículo. Justo pasó esto el otro día. Encontré un comentario en el que se aludía a los grandes maestros yoguis que extendieron el Yoga a nivel mundial sin tantas modernidades... ¡cuantísima razón tiene!, pensé yo. Pero también esto me llevó a pensar en la necesidad de una buena esterilla y qué elementos realmente precisaría un practicante de Yoga, si quiere amplicar su práctica y realizar también en su casa, los día que no vaya a clase

Como en todo lo que de una forma o de otra, se pone "de moda" (cosa que no debería de pasar con una filosofía y actividad como el Yoga, puesto que lleva entre nosotros miles de años y, si lo preservamos por encima de ego, postureo, modas y florituras, el verdadero Yoga siempre tendrá su lugar), las grandes marcas ven un filón para "diseñar" todo tipo de artilugios y accesorios con el fin de crearnos necesidades reales o ficticias y vender sus productos (también hay que decir que en muchas ocasiones dan en la diana y sus estudios nos ayudan a conseguir mejor nuestros objetivos). Nos encontramos así a veces con todo un maremagnum que da lugar a no saber si por dónde comenzar. Tal es el poder del marketing que incluso podemos encontrarás alguna persona que considere que no puede comenzar a practicar yoga (o cualquier otro deporte) si no tiene unas mallas X, unas zapatillas Y y un accesorio Z...

Llegado un momento, rondaba por mi cabeza, como practicante y también como profesora de Yoga, una serie de cuestiones que tal vez puedan ayudar a alguna persona que se acerque a esta disciplina milenaria y se haga la pregunta, ¿qué preciso para practicar Yoga?. Pues bien... desde mi punto de vista, habrán factores que marcarán que una persona perciba que realiza perfectamente su práctica "con sólo una esterilla" o que pueda precisar de alguna que otra cosa más. Allá vamos.

En primer lugar debo recordar que no somos hindúes, sino occidentales. Esto aunque parezca obvio, se pasa por alto la mayoría de las veces. ¿Y por qué digo esto?, pues porque las culturas son totalmente distintas y por tanto, el modo de vida. Mientras ellos están acostumbrados a vivir el Yoga desde niños; en el día a día su cuerpo se amolda y flexibiliza también debido a que sus muebles son distintos y escasos (por lo que sus caderas están muy abiertas), nosotros pasamos gran parte de nuestra vida sentados en sillas (colegios, oficinas), sofás en el hogar, etc. Nuestros cuerpos aunque aparentemente iguales, son bien distintos en movimiento y elasticidad. Aclarado esto, tal vez comprendamos mejor que en la cuna del Yoga puedan realizar todo tipos de calentamientos y posturas (karanas y asanas) en el suelo o con una simple alfombra y esterilla, mientras nosotros buscamos más comodidad y mimo a la hora de entregar nuestro huesos y articulaciones a la práctica sobre pavimento. Es por ello por lo que, en función de la persona y sus condiciones, serán precisos o aconsejables una serie de accesorios u otros.

Para una práctica de Yoga en casa, sin dejar en ningún momento de lado el acudir a clases periódicas con un/a buen/a profesor/a (como ya indicaba en Con un par de clases), considero básico tener una buena esterilla... incluso tal vez dos... Para ello seguro os viene genial el artículo del que hablo nada más comenzar esta entrada. La esterilla de Yoga debe adherirse al suelo lo suficiente para que no se produzcan deslizamientos que puedan dar lugar a resbalones y caídas. Por otra parte, también debe de aportar cierto acolchamiento a vértebras y articulaciones. Sin embargo, si consideramos que para posturas de pie y de equilibrio, conseguimos una mejor estabilidad fuera de la misma (en el propio firme, por ejemplo) puede ayudarnos el tener dos esterillas: una fina para saludos, posturas de pie, transiciones, equilibrios... y otra un poquito más gruesa para calentamientos en el suelo, relajación, saludos y posturas de rodillas, etc. También existe la opción de colocar una esterilla sobre la otra, en determinadas ocasiones o bien, colocar una manta doblada a lo largo, con el fin de encontrar un mayor acomodo para columna; o doblada en cuatro o más para las rodillas (es importante proteger las articulaciones y más aún, si hay alguna molestia), e incluso enrollada para acomodar en posturas. Es así como las mantas se convierten en otro accesorio importante y fácil de encontrar y utilizar para algunos momentos en nuestra práctica, y también para taparnos en la relajación, ya que la temperatura corporal desciende. Aconsejaría tener un par de ellas tipo viaje que seguro nos vienen de perlas. También viene muy bien hacerse con una cinta larga, tipo cinturón de judo o karate y una cinta cosida (puede ser el mismo cinturón, doble y con costuras a cada palmo, aproximadamente).

Llegamos al zafu, no es indispensable, pero viene fenomenal y no sólo en la postura sentada de meditación, sino para múltiples posturas con el fin de realizar un yoga más terapeútico y restaurativo. Así como bloques o ladrillos de yoga, siempre de dos en dos, no cometáis el error de tener sólo uno como me pasó a mí al principio. Y con esto... en principio daría por terminados los elementos aconsejados para una práctica de Yoga en casa.

Otra cosa es lo que podamos encontrar en una sala o centro de Yoga al que acudamos periódicamente y en donde, siempre podremos elegir llevarnos nuestra propia esterilla... Personalmente, en mis clases, utilizo todo lo que tengo a mi alcance siempre y cuando el alumno lo precise: Cojines, mantas, pelotas, sillas, escalones de estep, cintas, cinturones… Llevo siempre mi esterilla, zafu, ladrillos, cintas... todos ellos suelo dejarlos si es preciso o colocar yo misma adaptando a los alumnos cuando veo que en algún ejercicio o postura es preciso. Todo para que los alumnos obtengan la máxima eficiencia en cada ejercicio, no importa la fase en la que cada uno de ellos esté, tal y como me lo transmitieron mis maestras de Asociación Alicantina de Yoga.

Muchísimas veces habremos escuchado y/o leído que el Yoga es para todos, y así es… pero entiendo las reservas de algunas personas cuando las redes sociales están saturadas de fotografías con asanas muy avanzadas, e incluso, a veces, rayando la acrobacia. Pero señores, esto no es la realidad del día a día. La realidad es que bastantes de las personas que se acercan al Yoga lo hacen desde la “desesperación”... y ¿por qué digo esto?, porque acuden buscando solución para molestias, dolencias físicas y emocionales, enfermedades... Llegan al Yoga agotanto otras posibilidades y como recomendación de médicos, fisioterapeutas, amigos o familiares que ya son practicantes y ya se ven beneficiados de sus beneficios. De esta forma cada uno/a se presenta en clase con su “mochila” cargada: de problemas, límites y circunstancias personales. Como profesor/a es tu misión guiarles para aceptar su situación y comenzar a construir desde su momento, con respeto, reconociendo y admitiendo sus limites, trabajando poco a poco y cada uno a su ritmo para así ir reconociéndose y labrando su mejorado ser, permitiéndose despertar y llevando conciencia a cada zona de su anatomía (no sólo física). Para ello, como digo, en más de una ocasión son fundamentales los accesorios y apoyos, realizando si es preciso, clases más terapéuticas y restaurativas, en las que las personas que precisen apoyos los tengan y los que no, puedan desarrollar su práctica de la misma forma, pero en la que todos, trabajen y sientan que al final de la clase su energía se ha desbloqueado y equilibrado.

Por tanto, nadie como uno/a mismo/a, para, una vez instaurada una práctica y reconociendo su momento y su verdad, considerar qué puede precisar en su hogar, con el fin de tener una práctica en la que consiga los mismos objetivos que en una clase guiada, sin dejar en ningún momento la misma.

Por último decir que en mi caso no dí con la esterilla idónea a la primera (seguro me hubiera venido muy bien el artículo de Noelia). La primera fue una esterilla muy, pero que muy normalita. Pensada para simplemente no estar directamente en el suelo a la hora de hacer algo de gimnasia (ni siquiera me había iniciado por aquel entonces). La segunda fue ya una esterilla más próxima al Yoga, con un grosor que la hacía muy cómoda para las posturas de suelo, pero horrorosa para las posturas de pie y para los saludos y transiciones (resbalaba en el suelo y se estiraba en los guerreros). La tercera ya fue toda una “esterilla de Yoga”, de menor grosor, con perfecto agarre en suelo y en su superficie… sin embargo era demasiado fina a la hora de realizar posturas en suelo (aunque lo fui resolviendo con una manta doblada) y comenzó con el tiempo, a “deshilacharse” por lo extremos. La última (que adoro y que utilizo actualmente), es una esterilla de yoga más “normalita”, con un poquito más de grosor, buen agarre al suelo y que no desliza. Así que, mi consejo, es que pruebes la esterilla antes de comprarla. Si, tal cual, no te cortes, en el comercio, centro comercial, gran superficie, sea donde sea. De hecho, por ejemplo en Decathlon, tienen esterillas “de prueba”, así que colócala en el suelo y prueba su comodidad, agarre y deslizamiento: túmbate en ella, ponte de rodillas, realiza alguna transición con el fin de comprobar si se ajusta a tus necesidades. En el caso de que se trate de una esterilla que sólo puedas adquirir por internet, mejor si conoces a alguien que la tenga. Siempre podrás quedar con él o ella, verla e incluso probarla un momentín. Así ya, una vez comprobado que justo es esa la que quieres, podrás pasar a la acción, entrar en la web correspondiente e invertir en una buena esterilla con la confianza de que se ajusta a tus expectativas.